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miércoles, 24 de octubre de 2012

NUNCA MÁS




Llegué cuando las últimas horas de la tarde habían apagado el horizonte, allí estabas  sentado con la cabeza entre las manos. Me acerqué despacio sin querer despertar el momento, me miraste con tanta tristeza…
A lo lejos se escuchaba el murmurante la latir del viento que estremecía el instante, me senté a tu lado. Nos conocíamos tan bien. Tantos años juntos, que tímidamente te pregunté−¿Qué pasa? No contestaste, intente cogerte la mano, no hizo falta palabra, me di cuenta que la semilla de la duda se había instalado en nuestras vidas ¡No podía comprender! Siempre  te respeté, fueron las malas lenguas ¡Cuéntame! Una extraña e inquietante bruma se instaló en nuestras vidas ¿A quién podía beneficiar todo aquello? ¿Quizás a alguien que te amaba?¿ O a alguien que estaba interesado por mí? – Lucharé contra los fantasmas, y no dejaré que esto se destruya –fue lo que pensé en esos instante. Pero con el devenir de los acontecimientos me di cuenta que eras tú, con tú silencio absurdo el que poco a poco te fuiste alejando.
Fueron meses terribles hasta que un día viniste despacio, como te habías ido, me besaste y me prometiste que nunca más haría caso a nada ni a nadie.

Pastora Herdugo
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1 comentario:

  1. ¡Que mala es la duda! cuando se siembra la duda, es que nada va bien en la pareja. Entonces, hay dos caminos: la comunicación o replantearse la relación. Te felicito, es un relato, triste pero hermoso. Te adoro con el alma, cariño mío.

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