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martes, 23 de octubre de 2012

DESPEDIDA



La tarde era grisácea. El cielo envolvía la ciudad, las farolas con luces de neón  se iban despertando  de su letargo. El tren estaba a punto de partir. Los pensamientos se acumulaban, todo fue como lo habíamos planeado, habían sido días llenos de amor y de pasión, realizamos  tantas cosas juntos, tu, te empeñaste en enseñarme todos los secretos de esa vieja ciudad.

 Me sentía inmensamente atraída por los inmensos bosques con  árboles grandiosos y señoriales, el olor a tierra mojada, las exquisitas orquídeas, y el lago inmenso que me hacía soñar, nos sentíamos tan realizados, que queríamos  consumir todos los instantes. El día amaneció  triste, llegaba la hora de la partida. Y allí estábamos, el uno frente al otro, sintiendo todo el peso de la nostalgia.  Nos mirábamos y no alcanzábamos a pronunciar palabras. Nunca  pensamos   que la separación fuese  tan dolorosa, el tren  con su monotonía hacía más angustiosa esa separación que ya era inminente.  Parada en la  escalera sin atreverme a subir, las lágrimas resbalaban por mi rostro  y solamente alcancé a decir hasta pronto. A través de los cristales vi como tu figura iba desvaneciéndose, y todo fue oscuridad, un dolor profundo atenazando mi garganta, la  tristeza fue apoderándose de mí.   

Con el  ruido  del tren me fui quedando dormida, y te sentí tan cerca, abrazándome, percibí  tu aroma, que embriagaba mis sentidos, escuché tu voz acariciadora, en mi oído   y supe que  nuestros lazos eran  indestructibles y no habría  distancia que nos  separara.
 Pastora Herdugo
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1 comentario:

  1. Momentos tristes y nostálgicos encierran éste bello relato. Te felicito mami, es precioso.

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